miércoles, 3 de agosto de 2011

Yo contigo escuché las estrellas

Tú voz me recuerda al buen chocolate negro, ese que tiene un toque amargo y que cuando lo partes en trocitos suena un <<clic>> tan agradable. Chocolate del bueno, del de verdad. Tus besos son como el primer baño del verano en el mar, tan refrescante y que te inunda de libertad y felicidad, y que cuando sales tienes una sonrisa en la cara tan grande como un transatlántico. Tus caricias son exactas a la brisa de la noche, que se cuela por la ventana y te toca suavemente, con miedo a despegarte de tu sueño. Tu risa me recuerda a una bandada de golondrinas volando por un cielo azul celeste, sin miedo a nada. Cuando miro tus ojos, tan grandes y profundos, un laberinto de sentimientos donde es imposible no perderse,que me emocionan, es como si sonase la sinfonía de "Claro de luna" de Beethoven. Y quererte es como hacer el amor.
Si fueses un color te describiría como rojo: de pasión, de amor, de dolor, de sangre, de los labios, de las rosas, de las amapolas...Si fueses un olor serias el de azahar y jazmín; dulces y fuertes, envolventes...Si fueses pintura serías toda la obra completa de Monet y Van Gogh, y si fueras un fenómeno natural, la aurora boreal.

Contigo yo podía volar, contigo viajaba por todo el mundo en un segundo, contigo hallaba el placer en miradas, contigo amanecía y a tu ida anochecía, contigo moría de miles de formas; de risa, de amor, de placer, de dolor, de locura... y contigo revivía con un simple beso, como la bella durmiente. No sé lo que éramos, no sé si lo nuestro era una historia de amor, una historia de chica conoce chico, chico conoce chica, una historia de cuento o de ficción. Lo único y verdaderamente cierto era que sabíamos que había un punto y final no escrito, si decidido, pero no escrito, y nosotros éramos los únicos autores. Pero daba igual. Porque tu conmigo aprendiste a amar, porque yo contigo escuché las estrellas...

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