domingo, 11 de noviembre de 2012

La moralidad mata pasiones.



Nos empeñamos en seguir unas reglas morales que se implantan en nuestro cerebro desde la infancia, y al final, acabamos volviéndonos coherentemente ilógicos.
¿Desde cuándo los impulsos hay que reprimirlos? ¿Desde cuándo hay que frenar las ganas?
Quiero tatuarte a base de mordiscos, decirte con caricias lo que no puedo decirte con la voz. Enseñarte a sentir con las yemas de mis dedos, envolverte en mis latidos acelerados, en mis gemidos entrecortados. Acostumbrarme a tu sonrisa por las mañanas, perder la cabeza entre tus brazos buscando la salida con entrada a tu boca.
Susurrarte en lugares inhóspitos con mi lengua como arma letal. Arriba o abajo, da igual, somos ingredientes de esta receta. Tú y yo, y un único ritmo. Que las paredes fueron creadas para empotrar cuerpos y no muebles.
Nunca me había gustado tanto mi nombre hasta que se escurrió entre tus labios, hasta que me atrapabas y posaba mis pies fríos sobre ti. Quiero tu violencia, quiero tus abrazos, quiero tu dulzura y tus miedos .Quiero que me sueñes y se haga realidad.
Tus besos me queman, me abrasas, y mis cenizas se guardan entre costuras y costillas. Tan masoca que juego con fuego, y memorizo el juego de tus manos paseando entre mis ganas y mi sonrisa de niña inocente, la combinación perfecta de tus manos en mi cuerpo, y esas mordidas inesperadas en el cuello.
Caer en la tentación a veces es necesario. Que tu cuerpo y el mío piden a gritos resolver estas ansias de calor, aunque nuestras mentes se empeñen en seguir en el lado racional.
Actuar por impulsos, sin lamentaciones, al son de mis manos asidas a tu nuca y de las risas juguetonas, las miradas cómplices llenas de destellos y sentimientos que desbordan la habitación. Porque las silenciosas noches de invierno son mejores si ponemos la banda sonora de nuestros orgasmos.
La moralidad mata pasiones, y a mí lo que me falta, eres tú.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Frágil.


Es muy difícil.
De repente algo falla en mi.Una tuerca se ha dado de sí y ha dejado caer mis sentimientos por la borda. Me siento sola, vacía,y la gente esta demasiado ocupada en sus propias tuercas como para reparar la tuya.
Solo necesito un par de palabras que me hagan sentir que tengo un hueco en alguien, unos segundos de sus pensamientos.
Me arden las mejillas, me falta el oxígeno y no se que hacer.Estoy perdida, rodeada de cosas inertes, y la piel que deseo esta muy lejos, es inalcanzable para mí.
Ojala tuviera el corazón a mano, así podría arrancármelo y no sentir, no sentir, no sentir nada, ni dolor, ni ausencia, ni daños colaterales, ni amores... Y después pegármelo, incrustármelo como un chip, ser un robot.
Pero la realidad es, que soy demasiado humana e imperfecta, soy sensible a los pensamientos, a los besos que se pierden y derrochan, y a los mordiscos con sabor a "No te vayas".
No sé si esto lo leerá alguien, algún extraño, y se preguntará y el por qué esta chica escribe sus palabras con lágrimas sabor a sal.
Cada uno tiene su historia; capítulo a capítulo se forja el personaje, el mío, necesita reformas, un botón pause, para respirar y para decirle al mundo, que ella por muy pequeña que sea, vale algo, aunque sólo sea, el aleteo de una golondrina.
Solo espero que alguien logre apreciar que no solo soy una cara maquilla de estereotipos absurdos y frías ganas; soy una chica de diecisiete años, que lo único que pide es que la cuiden...
                              ... que viene en envoltorio recubierto de la palabra "FRÁGIL".