sábado, 5 de enero de 2013

Te falta algo...o alguien.


Crees que vivir sin ataduras, sin compromisos ni comederos de cabeza, sin obligaciones con otra persona, te facilitarán la vida.Pero simplemente es una coraza, miedo a que sin previo aviso alguien se cuele en tu vida y te robe el corazón; ese que te han robado y perdido tantas veces.
Pavor a que alguien te cale y le necesites, que sin su presencia el respirar se haga más duro.
El sexo vacío en pequeñas dosis calma esa necesidad de necesitar, esa dependencia a que alguien te eche de menos y te cuide. No tener que darle explicaciones, porque en realidad, apenas le conoces, simplemente es una mentira esporádica donde abres las piernas y no tus sentimientos.
Pero al final, lo vacío cansa, esas conversaciones tópicas para caldear el ambiente y para acabar retozando en cada esquina que te encuentres.
Los orgasmos te hacen feliz, pero cuando se van, terminas por echar de menos algo que te llene, y no por un rato, que te llene de verdad en todos los aspectos.Alguien que te ofrezca orgasmos con cada beso, caricia, sonrisa y conversación. No cualquier orgasmo con  cualquiera del que sólo sabes su nombre y poco más.
Que prefieres que sea el que te quiere el que te empotre contra la mesa, que al fin y al cabo, es al que le tienes más ganas, y no sólo que por tu cama pasen cuerpos, si no personas.
Te cierras en banda para que no te hagan daño personas que no valen la pena sin darte cuenta que quizás, también pierdes a personas que podrían merecerlo,que podrían darte ese algo que tanto te llenaría.
Y al final, terminas cada noche con una sensación placentera y subidón físico, pero sigues sintiendo vacía,que te falta algo...
                          o Alguien.
"Aunque nadie te comprenda, has besado muchas bocas, pero nadie habla tu lengua".

No hay comentarios:

Publicar un comentario