sábado, 15 de diciembre de 2012

Que lo haga Diciembre.



Diciembre.
Diciembre es una mezcla entre café recién hecho, frío y amores que se apagan como cigarros en la nieve.
El último mes del año donde echas la vista atrás y ves todo lo que has dejado en el camino, los nuevos retos y las nuevas lecciones aprendidas.Y cuánto cambian las cosas en solo un año...
Nunca me gustó el invierno, a menos que estuviera acompañada y me quitara este frío que me cala hasta los huesos, con su amor que me cala hasta la razón.
Aquí estoy de nuevo querido Invierno, con un capuccino y unos cristales empañados de soledad; y qué mal me sienta estar sola contigo, amor.
Dejé olvidada mi razón entre sábanas llenas de sueños con sabor a locura, olvidando por un momento que los géminis somos el aire que inunda los pulmones de los amantes que se acurrucan en invierno intentando mezclar sus ansias de volar con temperaturas de cero grados.
Y es que dicen que el aire es impredecible, viene y va, un día frío y otro caliente, pero que siempre está en tu vida... pero el frío no le sienta bien a Paula, le corta las alas que tiene para alzar el vuelo de nuevo, para irse muy lejos y emigrar a sonrisas de desconocidos que van caminando con bolsas del Corte Ingles entre las calles del centro de Madrid.
Refugiarme en miradas de desconocidos siempre se me dio bien. Te sonríen, te guiñan el ojo y se creen que eres suya, tu sonríes sonrojada imaginando compartir este capuccino y un par de mordidas vacías.Pero en realidad has alzado el vuelo, con el alma rota vamos y venimos, lloramos y gemimos, volamos y caemos y nos levantamos. La vida es un impulso, una sonrisa, una lagrima, una risa.Es amor, es desamor, es color.La vida es saber volar aunque tengas las alas magulladas.
Dejar de intentarlo, por muy frío que este el aire, puede ser el mayor error de tu vida, la libertad no te la dan, la tomas.
Querido Invierno, tu me susurras al oído escalofríos que recorren cada centímetro de mi, me llevas al abismo, tu me curas los labios que destrocé con bocas no recomendadas. 
En el último mes del año, acabamos de destrozarnos, a ver si el frío calma nuestras heridas, y si el jodido amor no nos hace temblar... que lo haga Diciembre.

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