Soy un jeroglífico sonriente
con tacones, demasiado complicada pero a la vez sencilla, con pequeñas trampas
que confunden a extraños y pequeños guiños que ayudan a queridos intrusos; esperando a que algún Indiana Jones me descifre.
Mujer de nudos -y
nudillos- y como dice Sabina con ‘Cabeza alta, lengua
larga, y falda corta’, con máscara que esconde las heridas que dejaron
demasiadas cicatrices y un corazón dado de sí de tanto coser los trozos rotos.
Dulce cabezota de ojos negros y manos pequeñas, que busca espacio entre anuncios
de periódicos que no cobren por palabras, sobre todo si lo que cobran son
sonrisas. Dormida entre laureles, vicios y precipicios, con besos a sabor a
vodka barato y agujetas de reír junto a nueve locas. Kamikaze de medias rotas y
sonrisas lascivas, soñadora de roces entre bambalinas. Escritora de pequeños
pensamientos, amante de pequeños detalles, vividora de diminutos instantes.
Enamorada del amor en estado puro, con puertas que no cierran nunca.
Recopiladora de recuerdos que se guardan en lugares que solo yo conozco, y
salen a la luz en la oscuridad –que ironía, como la vida-.
Ni mujer, ni novia, ni amiga, ni enemiga. Persona. He sabido equivocarme como nadie. O como
todos...quizás un poco más. Soy un
error, y puede que me guste serlo. Soy la verdad que se confundió en la niebla.
Soy castaña, soy rubia. Soy impredecible, o rutinaria. Soy princesa, soy
demonio, soy musa,...Soy todo lo que tú quieras creer, pero solo soy, en
realidad, yo misma.
Paula.
Pocos me conocen, ahora sois vosotros quienes decidís como soy y quién soy para vosotros.
“Una mujer conoce sus límites,
pero una mujer inteligente sabe que no tiene ninguno”
∞
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