domingo, 23 de septiembre de 2012

Me pido perdón.




Me pido perdón por los errores que todavía no cometí. Por el tiempo mal invertido abrazando a hombres de hielo y metiendo en mi cabeza demasiados cálculos y ecuaciones. Por los tacones desgastados, las medias nuevas rotas y las resacas que ya quisiera el mar Cantábrico. Por haberme dejado llevar por mareas de sueños que sonaban demasiado excitantes, por los lloros dedicados a  quien no se lo merece. Me pido perdón por el desgaste de corazón, por los besos robados y las sábanas llenas de secretos. 
Perdón por las noches en blanco, las risas que despertaban a la Luna, y esas ganas de robarte los pantalones. Por tomarme tan en serio la vida. Por ser demasiado buena en ocasiones en donde los débiles pierden la partida y por ser dulce con gente salada. Por soñar despierta y esperar, que alguien viniera y me sacara de estas mazmorras. Por no perdonarme a mí antes que a nadie y ser tan dura conmigo misma. 
Perdón, por regalar demasiados ‘espero que seas feliz’ aunque lo único que quería era que me besarán, por no recordar que los poetas escriben a musas de una sola noche. Por haberme emborrachado, haber cogido el móvil y haber escrito mensajes en códigos extraños. Perdón por ser tan sincera, por que me puedan las ganas, y querer que me estampes contra la pared.
"Perdón por haberme dejado capítulos abiertos antes de pasar al siguiente, por la búsqueda enfermiza de intensidad y magia."
                                  

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