sábado, 2 de marzo de 2013

00.00


Cada medianoche me convierto en precipicio, de ese del que me caigo cuando se cruzan nuestras miradas entre las de tanta gente. Y se me cae la piel de loba que esconde al cordero, y ya que estamos el mundo también, y con él el maquillaje que oculta debajo el engranaje que hace funcionar a esta pequeña máquina llamada corazón que cada hora capicúa chirría deseos que quieren rozar tus mejillas.
Y es que el corazón se me para, ya no puede más, esta cansado de juegos absurdos, de rubias de bote y ciegos que no se esfuerzan por ver.El corazón en realidad, esta construido de un material mucho más frágil y maleable,y así puede adaptarse a cada persona, por lo menos casi siempre, puede que por eso, tus ojeras y mis curvas nunca lleguen a encajar, y por eso mis engranajes necesitan que le cambien el aceite de ese que sabe a ron barato y saliva de algún pub de Madrid.
No puedo negar que soy más de ti que de mí, de soñar que de dormir,de fingir sonreír cuando todo va mal, de follar a rabiar y amar a rabiar, de intentarte olvidar sin cesar. 
Tal vez, esta sea la última medianoche que se escape otro deseo, una última noche que no sienta mis manos si no las tuyas, tal vez ya me haya cansado de esperar que mis deseos se cumplan, y esté esperando que vengas y que los hagas realidad. 
Tal vez esté esperando quitarme la piel de loba y dejarme la de cordero para ti, no sé, serán disparates.
Pero para esta medianoche...
Mi deseo es tu lengua en mi paladar. Mis susurros en tu oído, mis te quieros en tu espalda y tus caricias matándose en mis curvas con unos ojos color Otoño que llenan de Primavera cada rincón de mi ser. Mi deseo es que vuelvas, 
 es conocer cada marca que deja tus colmillos en mi cuello y cada sabor que tu saliva puede impregnar mis mañanas. Apretarnos hasta hacernos daño queriéndonos quererMi deseo es saborear el abismo que puede ofrecerme tu boca si dejas al lado el resto del mundo... 
Aunque sólo sea por una noche.
Mi deseo eres tu...




fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario