martes, 23 de octubre de 2012

Princesa de medianoche.



¿Quién no ha leído alguna vez 'Cenicienta'? ¿ O 'Blancanieves'? ¿O 'La Bella Durmiente'? ¿ O 'La Sirenita' ?
¿Quién no ha deseado de pequeña ser una princesa?
Yo si.
El otro día me llamaron princesa, y se me iluminó la cara con esa sonrisa mía caracterizada por ser culpa tuya.
Toda princesa tiene un Príncipe alto, apuesto, azul,  bien vestido, con una sonrisa perfecta y unos labios que hacen temblar hasta el mismísimo diablo.
Dicen, a pesar de todo, que los cuentos de hadas no existen.
Puede que sea verdad, y yo siga aquí  ignorante de ello, con un vestido blanco, con el pelo cepillado, mi corona perfectamente colocada,y con un tacón de menos, tirada en un sofá de mala muerte a medianoche, esperando a mi príncipe azul - o verde-.
Derramando tiempo entre mis pestañas, pensando en si vendrá en caballo blanco, volando en dragón o escalando por una torre. Aunque eso, en realidad, me da igual.
Yo soy una Princesa moderna ¿sabes? Yo soy otro tipo de Caperucita roja, la que quiere que tu, el lobo, la devore. Soy la Bella durmiente que lucha por tu boca, soy Cenicienta, la de cenizas, que espera que la busques.
-Ójala fueras un sapo, y asi por lo menos podría besarte..-
No es justo, las Princesas tienen finales felices donde comen perdices... aunque yo soy más de macarrones, ¡qué sé yo! Yo soy una princesa corriente; la que va en metro, la que sonríe al verte, La que muerde bocas y quiebra vicios, la que no teme al monstruo de debajo de la cama y quiere que se suba a darla calor en ella,la que come de desayuno manzanas envenenadas, rompe espejitos mágicos, y mata brujas.
Y ahora, me siento pequeña en un mundo de gigantes, como Pulgarcito. 
Porque lo único que quiero es alguien que se quede después de las doce cuidándome,  me traiga mi zapato, y me bese.Que venga, y me arrugue el vestido con la elegancia del Príncipe y la pasión de una bestia, que me haga sentir suya, y escribir, - no sé si un cuento de hadas- pero nuestra propia historia.
Tal vez por eso, yo no sea suficiente para ti.

                                  Mientras ire besando sapos, 
                                                                                                      a ver si alguno se convierte en Príncipe 
                                                                           y se parece a ti...
                                                                    FIN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario