lunes, 26 de agosto de 2013

Microrelato: Las siete vidas de tus ojos de gata.

 Y aquí estoy, rompiéndome las uñas arañando las horas al reloj en vez de castigar tu espalda por romperme mi tanga nuevo en esos prontos que tuvimos y que tanto nos gustaban. Aquí me tienes, enumerando los vicios que me contagiaste y que ahora llevo colgados encima delatándome ante cualquier otro pretendiente que me pregunte ¿Perdona cariño, llevas perfume de hombre? queriéndole decir que es mi olor corporal, que expira lo poco que me queda de tí junto al recuerdo de unos ojos miel que me miraban desde el otro lado de la acera con un paraguas gris. 
     Era primavera en Madrid, finales de Mayo y estaba preciosa teñida de rosa por los cerezos.
          Llovía, llovía a cántaros. Eran las once de la noche pero Gran Vía estaba invadida de la luz amarilla y rosa neón. Recuerdo que llevaba una chaqueta de cuero negra, unos hot pants vaqueros y una blusa blanca de estas que "dejan ver lo mejor de ti". No sé que hacía allí, solo necesitaba escapar, huir, dejarme llevar... iba cruzando la calle sin esperar que ningún hombre se chocase conmigo y me robase mi cartera con corazón incluido. Pero ocurrió.
       Sólo escuche su voz diciéndome lo guapa que estaba con mi chupa de cuero y mi pelo color fuego empapado enmarcándome las decepciones bajo mis ojos rasgados y mi pícara sonrisa." Y me encontré bebiendo ginebra para dos, con las medias rotas y las uñas rojas sonriendo como una imbécil al hombre de los ojos color caramelo.
       Recorrimos Madrid,  recorriste con tus yemas cada una de mis vértebra y nos corrimos bebiéndonos lo mejor de nosotros, quedándote así con todo lo que llevaba encima, así cómo el poco amor que aún tenía que ofrecer. Grabé en mi mente el roce de tu olor cuando me apartabas el pelo y me lo colocabas tras la oreja, la presión de tus labios sobre los míos, las gotas de lluvia cayéndome directamente de tu pelo, las pisadas sobre los charcos que reflejaban cada intrusión de tu mano bajo mi pantalón, las farolas que desvelaban mi piel de gallina cada vez que susurrabas mi nombre y el hueco que se formaba entre mis costillas para dar cavidad al tuyo.           Estuve en tu interior por una noche, me colé en tu saliva conociendo cada sabor, decisión y pensamiento de tu vida, conocí tus entresijos. Fui la mujer de tu vida por una noche y supiste que lo era por la forma de sacar la lengua cada vez que sonreía, la forma de mirarte cada vez que hablabas y la extraña forma de actuar cuando caminaba por las calles sin saber ni pensar que es lo que querías de mí. Ahogaste tus ansias y alientos en mi nuca  y refugiaste tus miedos en lo más bajo de mi espalda. Creo que hicimos el amor, de ese que pocas veces existe. Era belleza. Eran dos almas quebrándose para fundirse en una. 
Pero entonces amaneció y supimos que había llegado el final.
-¿Qué ocurre ahora?
- No lo sé Marina.
   En el fondo sabíamos que algo tan intenso y fugaz sería nuestra ruina, aunque unas ruinas por las que tal vez valdría la pena morir.
  Acordamos vernos cada vez que la lluvia inundase Madrid. Quedaríamos a la misma hora y lugar en que todo sucedió, con la condición de que sólo acudiríamos si estábamos seguros de que valdría la pena volver a vernos.
- Pero tu no volverás -le dije-.
-Creo que eres el tipo de chica por el que un hombre volvería, ojos de gata.
  Y aquí estoy, sentada bajo la lluvia viendo como caigo, capaz de gastar mis siete vidas si eres tú el que me las roba, ronroneándote lo mucho que te quiero y queriéndome pasear entre tus piernas cada mañana. Pero no estás, no estás. 
 El reloj marcó las 11: 01. Mis pulsaciones se dispararon cuando te vi cruzar, agarrándome de la cintura y susurrándome "Estaba deseando que lloviera para decirte de la forma menos tosca posible que quiero recorrer Madrid contigo, pero no sólo una noche, si no las siete vidas de tus ojos de gata, Marina"


9 comentarios:

  1. Ya queremos nueva entrada guapetona!! =D

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    1. Siento no poder escribir muy a menudo... ¡pero los estudios me tienes muy ocupada!
      Prometo escribir más a menudo :)
      un besito

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  2. Escritores patanes que a penas saben escribir tres frases seguidas vendiendo libros como pan y tú, que con solo este relato les das mil vueltas a cada uno de ellos aquí en tu blog, sigue así y trata de mover esto todo lo que puedas porque no es justo que la gente no conozca tu blog, espero que tengas suerte porque talento tienes, y mucho.

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    1. Muchísimas gracias de verdad, comentarios así son los que me hacen seguir escribiendo animándome. Me alegra saber que te gusta lo que escribo, así que por aquí eres muuuy bienvenid@.
      Un besito

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  3. www.tinuncallevaacento.com

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  4. Muy muy bonito! Parece que me estaba pasando a mi conforme lo leia,gracias guapa!

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    1. Muchas gracias! Espero que el resto de entradas estén a la altura y te gusten.
      Un besito :)

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    1. No sabes cuánto me gusta que haya gente que pueda comprender las historias, muchas gracias por leerme :)

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