domingo, 15 de abril de 2012

Y la peor sensación es el miedo.


Y como todas las mañanas levantas los muros a tu alrededor, ya es rutina, casi ni los ves, y los demás ni lo notan.
 A veces, cuando ya no puedes más, se van rajando y no puedes controlarlo, las lágrimas se escapan, como la lluvia en el cielo, y van inundando tus ojos, enrojeciendo tus mejillas y una oscuridad se apodera de ti.
Y la peor sensación es el miedo. Miedo al “Que va ahora”, miedo al que te de vuelvan a hacer daño, como siempre te han hecho.
Se supone que interpreto un papel, que el resto me conoce, se supone que si yo me derrumbo, ellos me reconstruyen. Pero estoy acostumbrada a ser la fuerte, la psicóloga, la que coloca los ladrillos caídos a los demás, y cuando a veces, algo dentro de mí muere, es como una mota de polvo. Debería estar acostumbrada, pero a pesar de todo, el dolor no es un sentimiento al que me pueda acostumbrar. Simplemente trago y aguanto.
Ya es de noche, toca bajar la armadura. Me duelen los hombros, cada día pesa más, cada día me duele más, cada noche el dolor se me hace más conocido.
Que duermas bien me dicen.
“La gente sólo ve de mí, lo que les dejo ver, a partir de ahí, ellos son los que piensan que me conocen”.                               
                                                                                   No soy perfecta, 
                                                                                                                                            pero se supone que 
                                                                                                                                                                          eso no debería importar...

viernes, 9 de marzo de 2012

El maltrato sutil

Genial vídeo, vedlo :)


Junto a esos ojos verdes.




Todavía parece ayer cuando me besaste por primera vez. Espontáneo, simple, tuyo. Como a mí me gustan. Pequeñito, de los que llegan al corazón.
Y las penas, junto a esos ojos verdes, se van aplacando contra el suelo, haciéndose añicos. Que tus besos en el cuello son, mi desayuno con diamantes. Que tus besos son, mi vicio más oscuro. Y tus manos acariciando mi cintura, y tus dedos rodeando mi cuerpo, y tu aliento en la nuca, y mis sentidos a flor de piel.
Empiezo a habituarme a ser la niña de tus ojos, a quedarme dormida contando tus lunares, entre besos y abrazos, con sabor a amor. Querernos sin dar explicaciones a nadie, volar hacia ningún lugar, sin sentido, porque no necesito que sea perfecto, solo quiero que sea contigo.

Y al final de cada día, me gusta saber que hay “continuará”, hablo de que el otoño no es tan malo a tu lado, y que el invierno será mejor, hablo de que caigan estrellas en las aceras de Madrid, hablo de que quiero dejar huella en cada rincón de tu cuerpo. Hablo de que te quiero.
Y todavía nos queda una eternidad de noches por enloquecer, de vivir a lo loco debajo de tus sábanas, de dejar tu perfume en mi camisa y tus sonrisas en mi cabeza.
Todavía nos falta mucho camino por recorrer y a mi todavía me falta mucho tiempo para saber,como haces para que tus ojos hagan que te quiera tanto y te necesite todas las noches.
"Porque el amor y la locura son los motores que hacen andar a la vida."

                                       ∞

viernes, 10 de febrero de 2012